La memoria colectiva se va conformando a través del tiempo a partir
de diferentes elementos que son la manifestación de nuestros recuerdos como
sociedad. De generación en generación son transmitidos por padres, madres,
tíos, abuelos, amigos e instituciones, una serie de valores, leyes, modos de
relacionarnos, tradiciones y símbolos que nos permiten identificarnos como
miembros de la misma sociedad donde sea que nos encontremos. La música, el
cine, la literatura, el deporte, en fin, todas las manifestaciones culturales,
transfieren recuerdos que pasan a formar parte también, de la memoria
colectiva.
Si bien es cierto que en el período en el que se conforma el
Estado-Nación se recurre a la invención de un pasado, a la exaltación de
determinados personajes que oficiarían de elementos integradores de lo que
sería la naciente sociedad argentina y que formarían parte da la cantidad de
recuerdos con los que nos sentiríamos identificados luego, con el correr de los
años, vivimos como sociedad una infinidad de situaciones que verdaderamente nos
unen. Podríamos comprobarlo simplemente elaborando una lista de sucesos
importantes que recordamos, de manifestaciones culturales que son
significativas y que nos distinguen de otras sociedades. Seguramente
encontraremos puntos en común si comparamos nuestro listado con el de amigos,
familiares, compañeros de trabajo, incluso con nuestros hijos.
En la construcción de aquel pasado cumplió una función importante la
escuela. De un tiempo a esta parte, la escuela ya no es la institución que se
encarga de inculcar aquellos recuerdos que las clases dominantes consideraron
necesarios para dar sentido a la integración de lo que sería la nación
argentina. Nuestra función hoy es bien distinta. Nos proponemos analizar
críticamente el pasado. Consideramos que parte de nuestra función es tomar los
acontecimientos, procesos históricos, que nos son cercanos e integrarlos a
aquellos recuerdos que conforman nuestra memoria colectiva. A treinta años de
la recuperación de la democracia, la escuela tiene la posibilidad, el desafío
de trabajar la memoria reciente para no olvidar el horror, para poder
construir, para mirar hacia adelante teniendo en cuenta el pasado, para que no
se repita, nunca más.
Prof. Horacio Busto
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